Dando fruto para Cristo: Cómo empleamos nuestro tiempo importa

Life is precious, and the gift of time on this earth is just that — a gift. None of us knows how much time will be granted to us, so we must use this gift intentionally to glorify God and love our neighbor. Today’s Bible readings capture the essence of God’s Lenten message to us, offering words of compassion and mercy, as well as warning of the need to repent and make the most of the gift of time He has given us.
In today’s Gospel, the fig tree was not dying; it simply wasn’t doing much of anything at all. Can this be said of us and our lives as well?
The season of Lent is a time to carefully reflect on the way we spend our time. Do we make God our first priority, tending to our spiritual growth and sacramental life with Jesus? Do we give time to our loved ones, focusing intentionally on them each day without distractions from phones, screens, or thoughts of work? If not, now is the moment to repent of our waste of time or of misplaced priorities on our use of time. God is merciful. Let’s turn to Him and ask Him to make our lives fruitful while we still have time to do so.
Next weekend, I will be in Vatican City for the Jubilee Year celebration with the Missionaries of Mercy. Back in 2016, I was appointed a Missionary of Mercy by Pope Francis. You can read about this special ministry and the schedule for our pilgrimage on our webpage. Please pray for Pope Francis during his difficult illness. Please pray for me and the other Missionaries of Mercy gathering for days of study, penance, and prayer. If you have a special intention that you would like me to pray for, please let me know. May this Jubilee Year of Hope bring us all closer to Jesus!
Fr. Mark Zacker
Pastor
La vida es preciosa, y el don del tiempo en esta tierra es precisamente eso: un don. Ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo se nos concederá, por lo que debemos utilizar este don intencionadamente para glorificar a Dios y amar a nuestro prójimo. Las lecturas bíblicas de hoy captan la esencia del mensaje de Cuaresma que Dios nos dirige, ofreciéndonos palabras de compasión y misericordia, así como advirtiéndonos de la necesidad de arrepentirnos y aprovechar al máximo el don del tiempo que Él nos ha concedido. En el Evangelio de hoy, la higuera no se estaba muriendo; simplemente no estaba haciendo gran cosa. ¿Puede decirse lo mismo de nosotros y de nuestras vidas?
La Cuaresma es un tiempo para reflexionar detenidamente sobre cómo empleamos nuestro tiempo. ¿Hacemos de Dios nuestra primera prioridad, cuidando nuestro crecimiento espiritual y nuestra vida sacramental con Jesús? ¿Dedicamos tiempo a nuestros seres queridos, centrándonos intencionadamente en ellos cada día sin distracciones de teléfonos, pantallas o trabajo? Si no es así, ahora es el momento de arrepentirnos de nuestra pérdida de tiempo o de las prioridades equivocadas en nuestro uso del tiempo. Dios es misericordioso. Dirijámonos a Él y pidámosle que haga fructífera nuestra vida mientras aún tengamos tiempo para eso.
El próximo fin de semana, estaré en la Ciudad del Vaticano para la celebración del Año Jubilar con los Misioneros de la Misericordia. Ya en 2016, fui nombrado Misionero de la Misericordia por el Papa Francisco. Puedes leer sobre este ministerio especial y el programa de nuestra peregrinación en nuestra página web. Por favor, reza por el Papa Francisco durante su difícil enfermedad. Por favor, reza por mí y por los otros Misioneros de la Misericordia que se reúnen durante días de estudio, penitencia y oración. Si tienes una intención especial por la que te gustaría que rezara, por favor házmelo saber. ¡Que este Año Jubilar de la Esperanza nos acerque a todos a Jesús!
P. Mark Zacker
Párroco
Comentarios