HAZ A LOS DEMAS LO QUE QUIERES QUE TE HAGAN A TI
In today’s Gospel, Jesus offers a very challenging, seemingly impossible approach to daily life. It makes you want to say, “Seriously, Lord?” And He doesn’t stop there. It seems so unfair! Unless, that is, we look at this way of life from Jesus’ point of view. Then, not only does it seem doable (though challenging), but it also actually makes perfect sense.
A Christian understands clearly that all she has and all that she is — her very life — is a gift from God given to her from an unfathomable abundance of love. This changes everything! This means “my” cloak, “my” tunic, “my” money, and time — all of it ultimately belongs to God. God has entrusted these things to each of us in love to use for His purposes and His glory.
Does this mean we are to be passive “doormats” to anyone who wants to take advantage of us? Certainly not. Jesus explains this in the passage when He says, “Do to others as you would have them do to you.” Jesus understands human nature well. He knows that we naturally desire only good and nothing bad for ourselves. And there is nothing wrong with loving oneself since God loves us and has made us in His own image and likeness. Jesus is simply asking that we also approach others, and the sharing of our gifts, with this same attitude. He is giving us a definition here of real love, Christian love!
In fact, Jesus tells us that anything short of this is not love at all. “For if you love those who love you, what credit is that to you? Even sinners do the same.” We are made for much higher than that. Jesus says instead, “Love your enemies and do good to them and lend expecting nothing back.” That is true greatness in God’s view. When we love like that, He promises our “reward in heaven will be great.” A Christian way of life is a life worth living because it is modeled after nothing less than Jesus.
And if that is still not incentive enough to embrace this way of life, Jesus gives us one more bit of loving motivation. “Give and gifts will be given to you: a good measure, packed together, shaken down and overflowing will be poured into your lap. For the measure with which you measure will in return be measured out to you.” Our wonderful God simply will not be outdone in love.
Thanks to everyone who has contributed to the Diocesan Ministry Appeal. We have the largest goal of any parish in our diocese - 221,623 dollars! We need everyone to please help in order to meet our goal. Be generous with your gifts — with your life — and just watch what Jesus will do!
Fr. Mark Zacker
Pastor
En el Evangelio de hoy, Jesús ofrece una meta muy desafiante, aparentemente imposible, para la vida cotidiana. Te dan ganas de decir: "¿En serio, Señor?". Y no se detiene ahí. ¡Parece tan injusto! A menos que veamos este estilo de vida desde el punto de vista de Jesús. Entonces, no sólo parece factible (aunque desafiante), sino que también tiene mucho sentido.
Un cristiano comprende claramente que todo lo que tiene y todo lo que es -su vida misma- es un don de Dios que le ha sido dado desde una insondable abundancia de amor. Esto lo cambia todo. Esto significa que "mi" manto, "mi" túnica, "mi" dinero y tiempo - todo eso pertenece en última instancia a Dios. Dios nos ha confiado estas cosas a cada uno de nosotros en amor para que las usemos para Sus propósitos y Su gloria.
¿Significa esto que debemos ser "felpudos" pasivos ante cualquiera que quiera aprovecharse de nosotros? Por supuesto que no. Jesús lo explica en el pasaje cuando dice: "Hagan a los demás lo que quieran que les hagan a ustedes". Jesús entiende bien la naturaleza humana. Sabe que naturalmente sólo deseamos el bien y nada malo para nosotros mismos. Y no hay nada malo en amarse a uno mismo, ya que Dios nos ama y nos ha hecho a su imagen y semejanza. Jesús simplemente nos pide que nos acerquemos a los demás, y que compartamos nuestros dones, con esta misma actitud. Nos está dando aquí una definición del verdadero amor, ¡el amor cristiano!
De hecho, Jesús nos dice que todo lo que no sea esto no es amor. "Porque si aman a los que les aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los pecadores hacen lo mismo". Estamos hechos para mucho más que eso. Jesús dice en cambio: "Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa". Esa es la verdadera grandeza a los ojos de Dios. Cuando amamos así, Él promete que nuestra "recompensa en el cielo será grande". Un estilo de vida cristiano es una vida que vale la pena vivir porque está modelada nada menos que según Jesús.
Y si eso todavía no es suficiente incentivo para abrazar este estilo de vida, Jesús nos da un poco más de motivación amorosa. "Den y se les dará: una medida buena, apretada, sacudida y rebosante se derramará en su túnica. Porque la medida con que midan, les será medida". Nuestro maravilloso Dios simplemente no será superado en amor.
Gracias a todos los que han contribuido a la Campaña Diocesana. Tenemos la meta más grande de cualquier parroquia en nuestra diócesis - ¡221,623 dólares! Necesitamos la ayuda de todos para alcanzar nuestra meta. Sean generosos con sus donaciones - con su vida - ¡y vean lo que Jesús hará!
Padre Mark Zacker
Párroco