Como la gente del Evangelio de hoy, muchos de nosotros tenemos poca paciencia cuando se trata de aprender más sobre la Biblia. Nos gustaría leer, entender y vivir mejor la Palabra de Dios, pero puede parecernos demasiado.
A veces pasan demasiadas cosas en nuestras vidas, y nos cuesta entrar en ellas. Otras veces no tenemos la disciplina para hacer el tiempo. A veces no estamos de acuerdo con lo que se dice o enseña y no escuchamos (o escuchamos y olvidamos rápidamente lo que hemos aprendido y no lo aplicamos en nuestras vidas). La cuestión es que algo tan importante como la Palabra de Dios, la Biblia, requiere toda una vida. "El que tenga oídos, que oiga", como dijo Jesús, y todo esto requiere mucha paciencia y práctica.
San Francisco de Sales comentó una vez que "La virtud de la paciencia es la que más asegura la perfección" y "La paciencia es necesaria con todos, pero ante todo con nosotros mismos."
Hay una historia de un hombre que rezó fervientemente una mañana pidiendo la gracia de superar su pecado de impaciencia. Poco después, perdió un tren por medio minuto y se pasó la hora siguiente dando pisotones de rabia arriba y abajo por el andén de la estación. Cinco minutos antes de que llegara el siguiente tren, se dio cuenta de repente de que había recibido la respuesta a su oración. Le había dado una hora para leer
pacientemente su Biblia, y él había perdido la oportunidad y desperdiciado la hora.
Un buen ejercicio que cada uno de nosotros puede hacer es aprender algo nuevo sobre la Biblia una vez a la semana. Puede ser algo tan sencillo como venir a Misa un poco antes para leer despacio y con detenimiento uno de los pasajes bíblicos del día. Cada semana se publican en el Boletín, y los capítulos y versículos de las lecturas bíblicas de cada domingo se encuentran en el misal a la puerta principal de la iglesia. Incluso puede traer su Biblia de casa y leer el pasaje completo antes de la Misa. Imagínese, ¡los Católicos llevando la Biblia a la Iglesia! No es sólo para nuestros hermanos y hermanas Protestantes.
Además, puedes apuntarte a una serie de clases sobre la Biblia. El Instituto Augustine ofrece clases. La Universidad Regis ofrece clases. El Instituto Bíblico de Denver ofrece clases. FORMED.ORG ofrece clases en línea, gratis.
El verdadero truco para estudiar la Biblia no es hacer demasiado, sino ser pacientes con nosotros mismos. Tomar un pasaje, un día a la vez, y es sorprendente lo fructífero que esto puede ser. El reto es dar el primer paso.
Padre Mark Zacker
Párroco
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