Muchas gracias a todos los que hicieron que el comienzo de nuestro 135 aniversario fuera tan especial. Gracias al Obispo Golka por acompañarnos en las tres Misas del domingo.
Gracias a nuestros Diáconos, Acólitos, y monaguillos adicionales que se ofrecieron a servir a nuestro Obispo.
Gracias a todos los que decoraron, cocinaron y limpiaron para nuestro brunch del domingo por la mañana. Y un agradecimiento especial a nuestra comunidad hispana que se unió a nosotros en gran número para la Misa y trajo tanta comida y bebida para nuestra Fiesta el domingo por la tarde. ¡Qué celebración tan maravillosa! ¡Yo estaba agotada!
En el Evangelio de domingo me pregunto por qué iba alguien a rechazar una invitación a semejante banquete. ¿Les salvaría su granja? ¿Les salvaría su negocio? ¿Les salvaría matar a los mensajeros?
¿Quién les salva a ustedes? ¿Su negocio? ¿Su dinero? ¿Su casa?
Pues, tal vez te sientas más como la gente sacada a la calle en este Evangelio; "los malos y los buenos.” Entonces, ¿por qué iba a aparecer alguien sin traje de fiesta? Esto es lo más parecido al paraíso terrenal.
Siempre que Jesús presenta una situación en la que parece no haber solución, siempre recuerda a sus oyentes que seguirle es lo único que hace que todo sea posible. Él es de quién San Pablo aprendió estar acostumbrado a "lo mismo a comer bien que a pasar hambre, lo mismo a la abundancia que la escasez.” Jesús es el secreto que nosotros también conocemos.
Dios siempre ha suplido todo lo que necesitamos. ¿Lo hemos creído siempre? ¿En tiempos ricos y en tiempos pobres? ¿Hemos aceptado siempre su invitación? ¿Hemos venido aquí preparados? ¿Hemos invertido aquí en Él tanto como en nuestras nuestros negocios, nuestro dinero, nuestras casas? ¿Quién nos sigue apoyando aquí? ¿En tiempos ricos y en tiempos pobres? ¡Es nuestra parroquia y la fiesta del banquete del Cuerpo y la Sangre de Jesús! ¿Por qué no vienes a la fiesta?
Padre Mark Zacker
Párroco
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