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Él repite La Buena Noticia



Las buenas noticias son difíciles de contener. Cuando un niño recibe un

regalo, lo primero que hace es correr a contárselo a un amigo o llamar a papá y mamá. Una pareja se queda embarazada y encuentra todo tipo de maneras ingeniosas de anunciar la buena noticia al resto de la familia. Un adolescente aprueba el examen de manejar y sus amigos lo saben casi de inmediato.


Cuando la alegría nos invade, no podemos contenerla y se contagia a todos los que nos rodean. Por eso la Buena Noticia es difícil de contener: afecta a todas las personas con las que entramos en contacto y crea nuevas relaciones.

Todas las semanas de la Cuaresma hemos estado rezando, ayunando y haciendo obras de caridad ---esperando oír la Buena Noticia que se anuncia hoy: ¡la Pascua, Jesús resucitó! Un detalle interesante de este Evangelio de San Mateo es que, cuando las mujeres se acercan al sepulcro, un ángel les dice que no tengan miedo y les anuncia la resurrección de Jesús. Los ángeles les dicen que "avisen a sus discípulos". Obedientes, "se fueron rápidamente del sepulcro" --- ¡la buena noticia apenas puede contenerse!

Pero en el camino hacia los discípulos ocurre otra cosa asombrosa: las mujeres son

recibidas por el propio Jesús. Él repite lo que dijo el ángel: "No teman" e "Vayan a decírselo a mis discípulos". ¿Te imaginas la emoción del propio Jesús ante la buena nueva de la resurrección? Dios envía un ángel para anunciarlo, pero Jesús no puede esperar... ¡Él

mismo se reúne con las mujeres! ¡Las buenas noticias son difíciles de contener!

San Pedro no pudo contenerse en nuestra primera lectura diciendo: "Somos testigos de todo lo que hizo… testigos elegidos por Dios. . . Nos encargó que predicáramos al pueblo y

diéramos testimonio de que él es el designado por Dios".

Tenemos los próximos cincuenta días para regocijarnos en la vida de resurrección. No basta con cantar "¡Aleluya!", sino que debemos anunciar la buena nueva de la resurrección en la forma en que vivimos esta nueva vida durante todo el año.

No tengan miedo... ¡de ser nuevos! No tengas miedo de decir "Hola" a la persona que se sienta a tu lado. No tengas miedo de volver a invitar a alguien que conozcas y que haya abandonado la iglesia. ¡No tengas miedo de la bondad y el poder de esta nueva vida que se nos ha dado!

La buena noticia de la resurrección no puede ser contenida: ni por el ángel, ni por el

propio Jesús, ni por las mujeres que van a ir a anunciarla a los discípulos. Tampoco debemos contenerla nosotros. Nuestras propias vidas deberían anunciar continuamente la buena nueva de la resurrección y la nueva vida que trae consigo.

¡ALELUYA! ¡FELICES PASCUAS A TODOS!


Padre Mark Zacker

Párroco

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